Previa del viaje
Hacía mucho que quería conocer San Luis. Por lo que había visto en videos y publicaciones de otros moteros se veía que había hermosos paisajes y rutas para recorrer.
Me interesaban dos rutas en particular: la que va desde San Francisco del Monte de Oro hasta La Carolina y el camino que sube al Filo de Merlo…
Armé un recorrido tranquilo de cuatro días y más o menos 1.000 km.
Al momento de decidir donde me alojaría pensé que como hace mucho que no uso la carpa sería buena idea probar cómo están mis habilidades en acampada. Esto implicó cargar el equipo de camping: carpa, bolsa de dormir, colchón inflable, inflador, marmitas, elementos de cocina, el calentador y obviamente algo para preparar comida. Viajaría con la moto cargada a full.
Todavía no había estrenado el kit de marmitas Doite para dos personas que compré en ocasión de mi viaje a Ushuaia en 2016.
El día y hora previsto para la salida era el jueves por la mañana.
Llegado el momento la moto estaba lista. Pero cuando tocó armar el equipaje me dí cuenta que no recordaba qué cosa va en cada lugar de las alforjas… Creí que en un par de horas lo tendría todo armado pero de pronto me encontré absolutamente desorientado. Sobre una mesa había dejado todo lo que pensaba llevar y no tenía la menor idea de donde ubicar cada cosa. ¿Puede ser que me haya olvidado todo? ¡Qué problema!
Bueno, el asunto es que me llevó toda la mañana distribuir la carga más o menos bien. Mientras almorzaba pensaba si no sería buena idea postergar la salida hasta el día siguiente: salir tan tarde me haría llegar a San Francisco del Monte de Oro de noche… pero aún así decidí salir a la siesta del jueves y no el viernes por la mañana.
(Luego de este viaje escribí un post donde resolví el problema de como acomodar la carga en la moto de forma más rápida y eficiente. Podés leerlo aquí.)
Este viaje estuvo plagado de cosas mal hechas… no armar el equipaje el día anterior fue una, salir a la siesta fue otra, llegar de noche a un lugar desconocido otra más… todos hechos consecuencia unos de otros.
Pero como con cada viaje hay aprendizajes nuevos… así me lo tomé.
Vamos al viaje
Día 1 – Jueves 24/03/22: Córdoba – San Francisco del Monte de Oro (320 km)
Salí de Córdoba a las 15 hs rumbo a Villa Dolores por la ruta de Altas Cumbres (Más información sobre esta ruta en el siguiente link).
La noche anterior había pasado una tormenta proveniente del sur con mucho viento y frío. Al pasar las Altas Cumbres el frío se puso muy intenso por lo que tuve que hacer un alto para abrigarme y encender mi “milagroso” chaleco térmico. ¡Amo ese chaleco Sraggio!
Ya mas calentito llegué hasta el parador El Cóndor donde siendo las 17 hs tomé un reconfortante café con leche con un tostado de pan casero y bondiola de esos tan ricos que preparan allí.
La ruta de las Altas Cumbres la he recorrido infinidad de veces y no hay vez que no se disfrute. Muy pocas veces lo he hecho al atardecer en sentido hacia Mina Clavero. Por eso de alguna manera todo me resultaba nuevo… el sol pinta con sus colores cada momento del día un paisaje distinto. Aproveché esa hora mágica del atardecer para detenerme a tomar algunas fotos cerca del lugar del nacimiento del río Mina Clavero, antes de empezar el descenso.
Llegué a Villa Dolores a las 19 hs luego de hacer 190 km. Paré en una estación de servicios YPF, llené el tanque (6,5 lt para 190 km da un poco mas de 29 km/l… no está nada mal).
Todavía me faltaban 130 km de ruta para San Fco. del Monte de Oro sin otro lugar intermedio donde parar –al menos conocido por mí- así que aproveché y merendé algo. Por un momento pensé en buscar un lugar en Villa Dolores para pasar la noche y continuar viaje bien temprano al día siguiente. Creo que con el “diario del lunes” hubiera sido buena opción. Pero en una combinación de obstinación y estoicismo decidí continuar viaje hasta San Francisco del Monte de Oro.
Esos 130 km son siempre muy pero muy aburridos… no importa si los haces de día o de noche. Aunque me alentaba la expectativa de buenas rutas al día siguiente…
Había muy poco tráfico pero por ser de noche viajé a una velocidad prudente de no más de 90 km/h. El único lugar intermedio importante es Quines donde hay al menos una estación de servicios.
Eran las 22 hs cuando llegué a San Fco. del Monte de Oro. Hacía mucho frío y se veía muy poca gente en la calle. En el ingreso a mano derecha hay una estación de servicios donde entré a preguntar por algún camping para hacer noche. Me recomendaron el camping municipal y hacia allí me dirigí. Al llegar de noche era imposible tener idea del entorno. Además estaba cansado y solo quería armar la carpa, cenar algo y acostarme a dormir.
Armé la carpa bastante bien y rápido. Luego preparé para cenar una rica polenta con queso.
A la noche se puso muy frío: según el celular hacia 8°C. Demasiado para mi carpa y el equipo que había llevado… pero bueno… ya era tarde para lamentos.
Día 2 – Viernes 25/03/22: San Francisco del Monte de Oro – Potrero de los Funes (105 km)
A la mañana siguiente tuve mi recompensa por el frío pasado en la carpa: me desperté con el canto de los pájaros que andaban por el camping. Y cuando el sol empezó a dar en la carpa disfruté del calorcito. Hice un rato de fiaca, me levanté y calenté agua para el desayuno.
Recorrí caminando el predio para conocerlo. Bastante amplio y limpio. Desarmé la carpa y acomodé todo nuevamente en la moto y a eso de las 10 estaba saliendo del camping.
No cuesta tanto acampar, y no me refiero al costo monetario, sino al tiempo que lleva armar y desarmar todo. Sí hay que tomar en cuenta la cantidad de peso adicional que se carga en la moto con los elementos de camping. Excepto por el frío, con un colchón inflable se descansa bastante bien. Creo que voy a usar más a menudo esta modalidad de alojamiento de aquí en más.
Llegué a la plaza central y luego de un par de vueltas encontré un lugar que se llama “Destino Bar Restó” que me gustó para desayunar un café con leche con un tostado y jugo de naranjas natural exprimido.
Ya saliendo rumbo a La Carolina encontré un cartel que decía “Balneario” hacia la derecha y se me ocurrió tomar ese camino. Al principio transcurría a la par de un curso de agua. Luego se hizo más sinuoso y empinado hasta que terminó en un embalse: el dique “Las Palmeras”. Allí descubro que en San Luis cada río tiene su embalse, y cada embalse tiene su ruta que lo rodea… Seguí el camino en el sentido hacia el paredón del dique donde me detuve para tomar unas fotos del paisaje que se divisa desde allí.
Continué el camino que rodea el embalse hasta que finalmente se une con la ruta que va hacia La Carolina que, por otra parte, es una de las razones que motivaron este viaje. Según los videos que había visto a esta ruta la muestran como un verdadero desafío para los moteros. ¿Sería realmente así?
Al principio todo transcurre como una ruta normal de serranía. Un poco angosta pero con el asfalto en buen estado. Al frente veo una montaña que se levanta como una pared unos kilómetros más adelante. Hasta allí arriba se supone que me lleva el camino pero no logro adivinar por dónde…
En un momento me encuentro con una curva cerrada hacia la derecha y de repente el asfalto cambia por cemento, el camino se angosta y empiezo a trepar una subida empinada …
Luego de un par de curvas, siempre subiendo, de repente aparece una recta de cemento de color blanco que enfila derecho hacia la montaña. Y más lejos puedo ver como la cinta blanca comienza un zigzag en una subida interminable tallado sobre las laderas como si fuera un camino de cabras al que se le puso cemento.
Creo que de todas las rutas que he recorrido hasta ese momento, ¡esa fue la subida más loca!
Hay que hacerla con mucho cuidado porque está llena de curvas en U, con muchísima pendiente y muy angosta. En muchos lugares creo que dos autos no pasan uno al lado del otro. Vehículos más grandes que una camioneta dudo que puedan doblar esas curvas.
Hay varios sitios para detenerse a contemplar el paisaje que vamos dejando detrás. Se nota que subimos mucho en muy pocos kilómetros. De hecho todo el tiempo se va en primera y segunda marcha.
Me detuve en un mirador y desde allí pude contemplar el dique que hacía no mucho tiempo atrás había estado recorriendo y ahora aparecía como una mancha azul allá abajo iluminada por el sol del mediodía. ¡Un paisaje realmente hermoso!
Es increíble la cantidad de motociclistas con los que me encontré en este trayecto… y no es para menos.
Luego de trepar 850 mt en poco más de 9 km se llega al mirador del cerro “El Amago” donde me detuve a disfrutar de la espectacular vista que hay desde ese lugar. Había otro grupo de moteros también.
Gran sorpresa me llevé al ver en mi celular que en ese lugar alejado ¡había red de wifi! ¡Increíble!
Ya eran las 13 hs. Entre foto y foto comí algo y continué viaje hacia La Carolina que quedaba 17 km más adelante. Este tramo es una ruta que tiene un dibujo bastante particular: atraviesa no menos de 10 badenes. Se dice que a veces el verdín se pone muy resbaladizo pero yo no tuve ningún problema al momento de cruzarlos, obviamente con precaución. Es muy particular esta ruta porque tiene todas las combinaciones posibles de subidas, bajadas y curvas en un asfalto muy angosto. Es para hacerla tranquilo disfrutando del paisaje que va cambiando en cada curva.
Llegué a La Carolina a eso de las 14 hs. Paré en un restaurante que está sobre la ruta (“La Casa de Omar”) y almorcé allí. Luego seguí ruta hasta Potrero de los Funes pasando por El Trapiche.
El tramo La Carolina – El Trapiche es totalmente distinto a los dos anteriores: subida de montaña hasta el cerro El Amago, ruta angosta con muchas subidas, bajadas y vados hasta La Carolina y ahora una hermosa ruta que desciende 600 mt en casi 40 km de curvas en su mayoría amplias, con algunos “carrouseles” o curvas pronunciadas. En esta parte se disfruta mucho el manejo de la moto ya que no hay mucho tráfico y es una zona poco poblada.
A partir de El Trapiche hasta Potrero de los Funes la ruta se hace urbana por lo que hay que ir en ritmo de paseo.
Llegué a las 17 hs a mi alojamiento en Potrero muy feliz por el hermoso recorrido del día. Todo lo largo que me había resultado el día anterior fue lo corto que me resultó este: ¡los 100 km más divertidos que he hecho en muchísimo tiempo!
Día 3 – Sábado 26/03/22: Potrero de los Funes – Santa Rosa de Conlara (264 km)
Mi idea original del viaje era dar “una vuelta”, o sea llegar a San Luis por una ruta y luego regresar a Merlo por otra distinta.
Pero me gustó tanto el recorrido del día anterior que me quedó gusto a poco. Sentí que me quedaron muchos lugares sin conocer. Como que pasé demasiado rápido. Así que decidí ir hasta Merlo haciendo nuevamente la ruta hasta San Francisco del Monte de Oro en sentido contrario.
La mañana del sábado en Potrero de los Funes estuvo muy fría. Tuve que ponerme todo el abrigo que llevaba.
Fui hasta San Luis a cargar nafta en una YPF que está frente a la rotonda Juana Koslay. Desayuné y partí rumbo al embalse La Florida, que iba a conocer ese día. Me gustó mucho lo que vi en San Luis: autovías amplias, bien señalizadas, banquinas limpias, lugar para que circulen las bicicletas, mucho verde, wifi en todas partes…
Antes de llegar a El Trapiche tomé la ruta que da toda la vuelta al embalse La Florida donde hay muchos lugares para parar a sacar fotos. Luego de dar la vuelta la ruta termina nuevamente en El Trapiche y desde allí continué nuevamente la ruta que va a La Carolina, esta vez en subida.
Volví a disfrutar esa ruta con una sonrisa dentro del casco. Valió la pena hacerla de nuevo.
A mitad de camino la moto me dio un gran susto: iba a detenerme para tomar unas fotos cuando al desacelerar sentí un golpeteo que venía del motor. Por un momento pensé que se había enganchado algo en la rueda y golpeaba en algún lado… pero no… no había nada. El ruido había venido sin dudas del motor. ¿Qué puede haber sido? Me quedé un rato enfrascado en los peores pensamientos… solo en el medio de una ruta bastante desolada …
Luego de unos minutos la volví a poner en marcha esperando escuchar ese extraño golpeteo… y para mi sorpresa (y alegría) no escuché ningún ruido raro. Lo que no significa que desapareciera mi preocupación. Todavía estaba a más de 400 km de Córdoba así que decidí regresar tranquilo escuchando atentamente por si volvía a sentir algo raro.
Es la primera vez que me pasaba algo así y es horrible estar desconfiando del motor de tu propia moto… pero bueno… aparentemente solo fue un susto. Hasta el día de hoy no he vuelto a sentir ese ruido otra vez.
Llegué a La Carolina y esta vez me dispuse a recorrer un poco ese lugar tan pintoresco con sus calles empedradas.
Una de esas calles me llevó a un lugar llamado “Huellas Turismo” donde se puede almorzar, comprar artesanías y recuerdos y ofrecen un paseo guiado a la antigua mina de oro para mostrar como se hacía su extracción en la época de esplendor del lugar hace casi un siglo atrás.
Almorcé, recorrí el lugar, después seguí recorriendo en la moto, me detuve frente al museo minerológico “El Cóndor” sin ingresar. Luego hay un parque muy lindo donde me detuve un ratito para recorrerlo y sacar algunas fotos.
El recorrido continúa por una calle de tierra que termina nuevamente en la ruta asfaltada. Eran las 14:30 y retomaba la ruta hacia el cerro El Amago donde llegué 45 min después. Me detuve en el mirador: imposible pasar de largo sin detenerte allí. Luego emprendí el descenso hasta San Fco. del Monte de Oro donde se acabó la diversión… desde allí debía tomar nuevamente la aburrida ruta que va hacia Quines y Villa Dolores.
La siesta me sorprendió con mucho calor. De comenzar el día con 5°C a esta hora ya superaba fácilmente los 30°C. Poco antes del límite provincial con Córdoba sale hacia la derecha la ruta provincial 23 que pasa por Lafinur y continúa hasta Santa Rosa de Conlara. Es una ruta secundaria con poquísimo tránsito.
Si bien el destino inicialmente era Merlo, se me ocurrió que podría pasar la noche en Conlara donde seguramente iba a conseguir lugar más fácil y económico que en Merlo. Buscando en internet encontré alojamiento en el hospedaje Pringles. Tienen habitaciones con baño y cocina. Preparé mi cena allí y tuve un muy buen descanso.
Día 4 – Domingo 27/03/22: Santa Rosa de Conlara – Córdoba (282 km)
Salí del hospedaje y fui hasta la plaza Pringles a ver qué pasaba allí un domingo por la mañana. Dí una vuelta en la moto, me encantó el aspecto de la plaza y me llamó la atención el tamaño de la parroquia Santa Rosa de Lima que con su altura domina todo el lugar.
En una de las esquinas de la plaza está el bar Arena donde tomé un riquísimo desayuno mientras observaba el movimiento de la gente del lugar. Recorrer esa plaza es un placer: limpia, con su fuente funcionando (hay otra pero parece que estaba en reparación), los bancos impecables, con un jardín con muchas plantas y flores. La parroquia que está en frente es imponente.
Al rato escucho la sirena de los bomberos y me pregunto “¿Qué pasará?”… y resulta que ese día era la primera fiesta gaucha que se hacía desde que comenzó la pandemia COVID. Detrás de la autobomba venía todo el desfile de agrupaciones gauchas en sus caballos.
Cuando terminaron de pasar arranqué la moto y salí a dar una vuelta para conocer un poco más el lugar. Visité el balneario, saqué un par de fotos y enfilé para Merlo que está a 15 km.
En Merlo, donde llegué al mediodía, paré en una estación de servicios a comprar agua porque el día ya pintaba más caluroso aún que el anterior. En realidad era un hermoso día soleado. Y de allí directamente por la av. Del Sol directo al Filo.
¡Qué decir de este camino si ya es un clásico en la región! Se sube de los 900 a los 2.100 m en 15 km en una ruta panorámica de cornisa asfaltada con vistas espectaculares. Hay varios lugares donde detenerse a contemplar la vista de Merlo y sus alrededores desde esa altura.
Al llegar al filo se acaba el asfalto y decidí seguir el camino unos kilómetros más hasta que me encontré con el complejo «Mirador de los Cóndores». En este complejo hay un restaurante con una magnífica vista panorámica al valle y se ofrecen una serie de actividades turísticas como cruce en tirolesa, cabalgatas, trekking y cruce de puente colgante sobre un cañadón.
Anexo al restaurante hay un negocio de venta de artesanías muy completo.
Luego de recorrer un poco el lugar fui al restaurante donde encontré una mesa libre junto a la ventana y pedí un almuerzo que no resultó para nada caro como un podría pensar viendo el aspecto general del lugar que es de muy buen nivel.
El almuerzo estuvo muy bueno, y para bajar la comida caminé un poco por las instalaciones, estaba fresco por la altura, corría viento pero el sol pegaba muy fuerte.
Estuve muy entretenido allí arriba y para cuando miré el reloj ya eran las 15 hs. Me quedaba un buen trecho todavía hasta Córdoba. Así que emprendí el regreso disfrutando el descenso por esa ruta que por cierto es muy transitada.
Al llegar a Merlo tomé la ruta que se llama “de la costa” que pasa por La Paz, Luyaba, La Población, Yacanto y San Javier. Luego a Las Tapias y regresé a Córdoba nuevamente por la ruta de Altas Cumbres a donde llegué a las 21 hs luego de haber hecho 280 km desde que salí a la mañana de Santa Rosa de Conlara.
Conclusión del viaje:
En este viaje hubo algunas cosas que hice mal. Tal vez motivado por la ansiedad y la desorganización propia. Aquí va la lista:
- 1) Si termino tarde de preparar el equipo mejor dejar todo listo, descansar bien y salir al día siguiente bien temprano. Obvio que este escrito debería ser “dejar todo listo el día anterior”… pero… hay veces que por cuestiones ajenas a uno pasa que el “día anterior” no existió y debió hacerse todo mas tarde. Pero en el afán de no “perder el día” al final el tiempo que se perdió no se recupera. Creo que se puede mejorar la experiencia saliendo más temprano un día mas tarde.
- 2) No llegar de noche a un lugar que no se conoce (consecuencia del punto 1): los comercios están cerrados, no se ve bien por donde uno anda y hay más riesgo en la ruta.
- 3) HACER GIMNASIA: tener un mínimo de estado físico para viajar en moto. Yo hacía mucho no me ejercitaba y eso me hizo en varias ocasiones “sufrir” el viaje. Conducir una moto cansado es una invitación al desastre…
- 4) Si a la siesta hace mucho calor es mejor parar a descansar un rato a la sombra en algún lado y luego seguir. Durante mi regreso desde Merlo a Córdoba a la siesta hizo mucho calor y eso me mató. No bebí suficiente líquido, no me di cuenta… el asunto es que demoré dos días en reponerme una vez que llegué.
- 5) No perder tiempo a la noche con el celular publicando cosas en redes sociales. Uno se vuelve loco por compartir las fotos y videos y al final te terminas durmiendo tardísimo con la consecuencia que al final no descansas bien. Este tema es difícil de manejar por la idiosincrasia de las aplicaciones sociales que te estimulan a quedarte pegado a ellas… no sé… deberé aprender a manejar esto.
Ahora lo mucho de lindo:
San Luis superó por mucho las expectativas que tenía previas al viaje. Lo que conocía hasta ese momento era Merlo y el camino al Filo de Merlo. No sabía qué mas había hasta que vi en youtube videos de otros motoviajeros. Me llamó la atención la subida al cerro El Amago, La Carolina o el dique de Nogolí (que aún no visité).
Quitando el tramo entre Villa Dolores y San Francisco del Monte de Oro que es un espanto de aburrido, todo el resto fue recorrer lugares y rutas de gran belleza y muy divertidas para hacer en moto. Tal es así que estoy pensando seriamente en regresar para seguir conociendo esta provincia.
El clima y la geografía de San Luis es muy similar a la de Córdoba por lo que es factible visitarla en casi todo el año.
En total recorrí desde Córdoba capital 1023 km y la moto consumió 35 lts de nafta.
Qué tal las altas cumbres??? me da medio temor esa zona. Quiero arrancar mi primer viaje en ruta. es recomendable o me voy a San Luis por rio cuarto
Hola Luciana.
Mirá, justo escribí un post sobre ese camino aquí Camino de las Altas Cumbres donde encontrarás seguramente toda la info que estás buscando sobre esa hermosa ruta cordobesa.
Buenas rutas y buen viaje a San Luis.
Me gustó mucho lo que escribiste y me sirvió aun más, estoy planificando mi primer viaje en moto solo. Hace mas de un año que quiero vivir la experiencia de viajar solo así que empecé a buscar destinos que desconozco y terminé en tu blog, super decidido que voy a hacer este viaje a diferencia que vengo del otro lado (soy de Armstrong, Santa Fe).
Todavía no definí si abril o mayo pero ya está el destino asegurado! muchas gracias por compartir tu experiencia
Gracias Guillermo.
Si, andá tranquilo que no te vas a arrepentir… yo en algún momento voy a volver porque me han quedado muchos lugares por conocer. Fuí onda «exploración»… y me llevé una gran sorpresa. Creo que tenés unos kilómetros más desde Armstrong pero son todos llanos solo te van a llevar un poco mas de tiempo (y nafta).
Gracias por tu comentario!
Buenas rutas amigo!
Exclente, pintoresca, detallada y amena crónica, como siempre! Me sorprende que habiendo estado en Potrero de Los Funes y por 1ra vez, no hayas comentado nada del circuito de carreras callejero de la ciudad… toda una experiencia circular por ahí